Trasfondo[]
Yggdrasil es el árbol del mundo. Sobre sus mágicas ramas se sostienen los nueve reinos de la existencia, y tiene su nido de águila de la sabiduría. Mucho más abajo, cruzando la rama atravesada que es la galaxia, y debajo de las raíces, se enrosca Nighogg, la deplorable serpiente.
El águila y la serpiente encerrada se encuentran en un eterno conflicto aún no sangriento. De pronto, estos dos enemigos se hubieran olvidado de la existencia del otro desde hace rato, cuando no eran capaces de intercambiar golpes y amenazas gracias a la distancia.
Sin embargo, hay uno al cual le produce mucho placer habilitar este feudo, uno cuyo travieso talento para los insultos y pullas no conoce fronteras. Y es sólo una ardilla.
Ratatoskr, el astuto mensajero, ha vivido en el mundo del árbol desde tiempo inmemorable. En su lugar de origen lo reconocen por su poder para azuzar la tensión entre estos dos dioses. Es un maestro del chisme, de la evasión y de los halagos con doble sentido.
Sin embargo, todos los dioses vienen a él para que los mantenga informados. Su casa en el tronco de Yggdrasil ubica convenientemente a Ratatoskr en el centro de toda actividad cósmica.
Desde su posición de dioses en cada encontrón de panteones, ¿como podría Ratatoskr dejar pasar la oportunidad de provocar nuevos rivales? Muy simple, no puede. Hay que tener cuidado de la ardilla.